«Por mucho que me insulten o amenacen sólo conseguirán reafirmarme»

 

Carlos García fue protagonista en el día de constitución de los ayuntamientos.

Como único concejal del PP en la localidad vizcaina de Elorrio, dio su voto al PNV y evitó así que el Gobierno fuese para Bildu, lo que le valió gritos, insultos y amenazas de los simpatizantes de la coalición abertzale.

«No van a conseguir nada con ese tipo de actitudes y por lo tanto espero que aunque sea por puro aburrimiento, desistan de ese tipo de comportamientos», dice.

«Por muchos insultos, por muchos gritos, por muchas amenazas… hagan lo que hagan los señores de Bildu no van a conseguir absolutamente nada más que reafirmarme en mis convicciones», confiesa el día después.

Pese a que soportó estoicamente los insultos, Carlos García asegura que lo que más le dolió fue ser increpado al acordarse de Miguel Ángel Blanco e Isaías Carrasco: «Que te abucheen cuando estás nombrando a políticos muertos a manos de ETA me llena de un profundo pesar y una inmensa lástima».

Pese a todo, Carlos se siente tranquilo y reforzado: «Los vecinos de Elorrio me dan ánimos, me dan besos, me paran incluso delante de los radicales. Estoy consiguiendo uno de mis propósitos que es que la gente se sacuda de encima el miedo».

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La Policía asegura haber desarticulado la cúpula española de Anonymous

La Policía asegura haber desarticulado la cúpula española de Anonymous


La detención de tres individuos, por parte de la Policía Nacional, ha supuesto la desarticulación de la cúpula de la organización ‘hacktivista’ Anonymous en España, según ha informado la Policía en una nota de prensa. Estos tres detenidos tomaban decisiones y dirigían los ataques informáticos.

Los arrestos se han producido en Barcelona, Valencia y Almería tras una investigación, iniciada el pasado octubre y llevada a cabo por la Brigada de Investigación Tecnológica, de más de 2 millones líneas de registro de chats y páginas web usadas por esta organización de «hackers».

Uno de los tres detenidos albergaba en su domicilio un servidor en el que se coordinaron y ejecutaron ataques informáticos a páginas web gubernamentales, financieras o empresariales de todo el mundo.

Desde esta vivienda se se atacaron los sitios webs de la tiendaPlaystation, BBVA, Bankia, ENEL y de los gobiernos de Egipto, Argelia, Libia, Irán, Chile, Colombia y Nueva Zelanda.

Entre sus ataques más recientes están los del pasado 18 de mayo a la página de la Junta Electoral Central y posteriormente también contra las webs de los Mossos d’Esquadra y de la UGT.

La organización de hackers se estructura en células independientes que, en el momento acordado, lanzan miles de ataques de denegación de servicio (DDoS para colapsar servidores web, en ocasiones a través de ordenadores «zombies» infectados en todo el mundo.

Es la primera operación policial en España contra Anonymous, que tiene precedentes en otros países como Estados Unidos y Reino Unido.

 

vía La Policía asegura haber desarticulado la cúpula española de Anonymous | Navegante | elmundo.es.

Cuidado con la letra pequeña de las ofertas de la guerra del móvil.

Cuidado con la letra pequeña de las ofertas de la guerra del móvil.

 


Inés Abril – Madrid – 08/06/2011

¿Por qué las operadoras insisten tanto en la venta telefónica? Porque saben que funciona; porque son conscientes de que, por mucho que los clientes se quejen de la molestia de llamadas casi constantes a cualquier hora del día, la realidad es que se consiguen altas, que se logra que un abonado de una compañía rival se cambie o que el usuario propio aumente su factura con un nuevo producto.

Lo mismo sucede con la letra pequeña de las ofertas. ¿Qué sentido tiene que una compañía no diga toda la verdad a sus clientes y que se enfrente a un usuario insatisfecho cuando le toque pagar o sufrir lo que ha firmado sin saber? «Todas las ofertas tienen letra pequeña», reconoce una fuente de una operadora. Y es que al final, añade otra fuente del sector, las operadoras son empresas y tienen que cuadrar sus cuentas por mucho que parezca que están lanzadas a una guerra de precios sin cuartel.

Que haya letra pequeña no implica que la compañía mienta a sus clientes. La mayoría de las veces, las condiciones están incluidas en algún sitio de la publicidad, lo que pasa es que no se destacan y pueden pasar en muchos casos desapercibidas o no estar del todo claras.

Consumo mínimo y cuota

Por ejemplo, un aspecto que causa confusión es la combinación de cuota mensual y consumo mínimo. Es lo que sucede con la nueva tarifa de Movistar de llamadas a seis céntimos el minuto. La cuota mensual es de seis euros, con un consumo mínimo de nueve euros «en el que computa el valor de la cuota», dice el argumentario legal de la oferta. La buena noticia es que eso significa que las dos cifras no se suman. Es decir, el cliente no paga todos los meses seis euros de cuota y nueve de consumo. Sin embargo, tampoco quiere decir que la cuota se diluya en el consumo y pueda compensarse de esa forma. No. Los seis euros se pagan todos los meses al margen de cuánto se use el teléfono y luego quedan solo tres euros más de gasto hasta llegar al mínimo de nueve euros. Si un usuario consume realmente nueve euros de móvil, pagará 15 euros al mes.

Esta política es distinta a la que tienen otras operadoras, donde no hay cuota, sino solo consumo mínimo, así que todo el gasto mensual corresponde a uso de teléfono. Por ejemplo, todas las tarifas de MásmovilYoigo y la de cinco céntimos de Jazztel tienen consumo mínimo, pero en ningún caso tienen cuota.

En esta misma tarifa hay otras condiciones a tener en cuenta. En general, se trata de un precio al que pueden acceder todos los clientes, ya vengan de otro operador o sean de la casa. Sin embargo, en algunos casos hay cuotas de por medio.

Contratar la tarifa de seis céntimos por minuto es gratis para los clientes de otros operadores que hagan la portabilidad a Movistar y los que estén en esta compañía con prepago y pasen a contrato. Sin embargo, las nuevas altas que quieran tener esta tarifa tendrán que pagar una cuota de 21 euros (todos los precios están sin IVA) y los que ya sean clientes de Movistar de contrato tendrán que mirar sus condiciones, porque es posible que tengan vigente algún compromiso de permanencia cuya ruptura les ocasione un coste. Además, en Telefónica cambiar de plan tarifario no siempre es gratuito. Se pueden hacer dos al año sin coste y «todos los que impliquen el paso a un contrato de mayor nivel de cuota mensual o consumo mínimo», dice la compañía. Si no es así, hay que pagar seis euros.

No para todos los clientes

Otro aspecto que no siempre está claro es a quién benefician los nuevos lanzamientos. Y normalmente los clientes que ya estén con el operador en cuestión son los últimos de la lista. Eso pasa con la nueva tarifa de Orange de seis céntimos el minuto, la que lanzará el próximo lunes para contrarrestar a Movistar.

En el caso de la filial de France Télécom, esta tarifa está disponible para portabilidades y nuevas altas, pero, en principio, no para los propios clientes, aunque este punto puede revisarse. Además, lleva asociada seis meses de permanencia obligatoria.

Recarga mínima

En el caso de ofertas para clientes de tarjeta, el llamado prepago, un punto que no debe pasarse por alto es la exigencia de recargas mínimas y periódicas para acceder a alguna tarifa concreta.Así sucede con el precio de ocho céntimos por minuto de la tarifa XS 8 de Vodafone. El cliente tiene que realizar una recarga mínima de 10 euros para tener acceso a este precio, que le dura 30 días. Si vuelve a cargar ese importe tras ese plazo, se renueva la oferta. Si no, el precio por minuto sube a 15 céntimos.

Por ese mismo precio de ocho céntimos el minuto, Jazztel ofrece una tarifa a los usuarios de tarjeta que no tiene recarga mínima. Pero si el cliente quiere reducir el precio y pagar sólo cinco céntimos, entonces hay que recargar un mínimo de diez euros al mes.

Cuidado con los SMS

Normalmente, el reclamo de la publicidad suele ser el precio por minuto de las llamadas a móviles. Por eso, hay que comprobar cuánto se va a cobrar por los SMS. La nueva tarifa de Orange es meridiana en este punto: las llamadas son a seis céntimos y los mensajes a móviles, también. Por eso, quizá, el producto se llama Básico 6. Sin embargo, la Tarifa 6 de Movistar da nombre al precio de las llamadas, pero no al de los mensajes, que cuestan 15 céntimos.

Otro caso es el de Yoigo, donde la mayoría de los contratos llevan aparejados SMS a diez céntimos, aunque se pague cuatro céntimos por minuto de llamada.

Bajos precios a cambio de tarifas de datos

Otro reclamo muy usado por las operadoras es resaltar un precio por minuto muy bajo, pero que solo se consigue si se paga un extra por consumo de datos.

Navegación ilimitada. ¿Seguro?

Una de las letras pequeñas más tradicionales en el sector está detrás del asterisco que se pone cuando se anuncian tarifas planas de datos «ilimitadas», la llamada banda ancha móvil. Estos contratos son ilimitados, sí, pero sólo hasta que se llega a un límite, porque casi siempre lo hay. En la mayoría de los casos, lo máximo que se puede conseguir por el precio anunciado es descargar 500 MB, uno o dos gigas con banda ancha real, porque a partir de ahí la velocidad cae en picado.

vía Cuidado con la letra pequeña de las ofertas de la guerra del móvil en CincoDías.com.

Philip Morris abarata de nuevo Marlboro, Chesterfield y L&M

M. C. / P. M. S. – Madrid – 07/06/2011

 

 

Philip Morris ya había recortado sus precios en mayo en respuesta a la subida de impuestos del Gobierno.

Le siguieron Altadis, BAT y JTI.

Ahora Philip Morris da una nueva vuelta de tuerca en la guerra de precios con una nueva bajada en sus cigarrillos.

En concreto,

la cajetilla de Marlboro reducirá su precio en 15 céntimos, desde los cuatro a los 3,85 euros;

Chesterfield costará 3,50 euros, frente a los 3,70 euros actuales; y L&M pasará de 3,40 a 3,30 euros, según Europa Press.

Fuentes del sector prevén que este nuevo movimiento del gigante estadounidense pueda ser contestado de manera inmediata por sus competidores en España.

Objetivo de la guerraLas fuentes consultadas señalan que el objetivo último de esta agresiva estrategia por parte de Philip Morris y el resto del sector podría ser que el Gobierno modifique la estructura fiscal del tabaco, en un movimiento similar al de 2006. Entonces, ante la oleada de sucesivas bajadas del precio del tabaco por parte de los principales fabricantes de tabaco, el Ejecutivo impuso un impuesto mínimo para evitar que las marcas baratas fueran excesivamente accesibles.La revisión al alza del impuesto mínimo es una de las demandas de los fabricantes de cigarrillos en España, aunque desde su creación solo se ha producido en dos ocasiones, una en noviembre de 2006 y otra en junio de 2009.

Con esta medida, los fabricantes de marcas prime sufrirían menos presión por parte de los fabricantes low cost, que han aprovechado para elevar su cuota de mercado en los últimos tiempos.La ministra de Economía, Elena Salgado, aseguró la semana pasada que se mantendrá expectante sobre «cómo se desarrollan las cosas en las próximas semanas», pero insistió en que por el momento no hay ninguna decisión de ese tipo ni tomada ni planteada». Los estanqueros, por su parte, se consideran «víctimas» de la situación y han manifestado su «profundo malestar y preocupación» por la inestabilidad del mercado.

El tercer recorte en menos de un mes

Estos cambios de tarifa, los terceros comunicados por el grupo al Comisionado para el Mercado de Tabacos en menos de un mes, entrarán en vigor con su publicación en el Boletín Oficial del Estado BOE, previsiblemente este miércoles.

Desde Philip Morris explican que se trata de una «reacción de carácter competitivo a los recientes movimientos del mercado», con la que busca «exclusivamente» defender su cuota de mercado «en un contexto de mercado deteriorado». «Una vez más, reaccionamos a la agresiva política comercial de la competencia para defender nuestra cuota de mercado», apunta el director de Asuntos Corporativos de la filial española del grupo tabaquero, Hernán Irigoyen.El movimiento de Philip Morris se produce una semana después de que Altadis decidiera bajar sus principales marcas para proteger su competitividad ante «el agresivo movimiento de precios realizado por uno de sus principales competidores», lo que propició que British American Tobacco BAT se sumara a la batalla y arrastrara igualmente a Japan Tobacco International JTI.

vía Philip Morris abarata de nuevo Marlboro, Chesterfield y L&M en CincoDías.com.